Senderos por el lobo: Jornada Perseidas 2013
La
jornada comenzó a las 19.00 horas en el lugar de reunión del grupo, el cual
partió hacia el sitio de acampada después de dar buena cuenta de algún
que otro bocadillo (muy aconsejables en Venta Marcelino) y de un agradable rato de
charla.
Camino de llegar al sitio previsto e instalarnos para
hacer noche, el hombre más veloz de la tierra en desenfundar unos
prismáticos, alias "el hombre pájaro", nos ilustró con explicaciones
sobre el siempre interesante mundo de las aves.
El "hombre pájaro" divisando una pareja de alcotanes.
Al anochecer buscamos sitio para extender sacos y aislantes.
Empieza a oscurecer y el cielo comienza a estar impresionante.
Antes de
disfrutar de él, algunos miembros del grupo nos dirigimos a colocar las
cámaras de fototrampeo para pasar la noche como niños que esperan la
llegada de los Reyes Magos al día siguiente. ¡Quizá capten algo y haya sorpresa!
De vuelta al "campamento base" vamos observando por el camino insectos y
arácnidos como los Opiliones bajo la luz de las linternas. Otro mundo
muy interesante el de estos pequeños seres.
Algo
más de comer,
más charla y en un momento quedamos boquiabiertos por el cielo que se
abría ante nosotros. Aunque la ciudad de Madrid contaminaba
lumínicamente parte del firmamento, parecía mentira que se pudiera ver
hasta la Vía Láctea en
una zona tan próxima a la capital.
(Pinchad sobre las fotos para agrandar)
Ahí
estaban las constelaciones Casiopea, Cefeo, Perseo (de ahí el nombre de "Perseida"), La Osa Mayor, La Osa Menor, Draco...etc.
En breve nos damos cuenta de que no somos los únicos que andan por la
montaña a esas horas. Otros puntos de linterna se observan en cimas y
caminos. Rutas nocturnas y una noche propicia para observar el baile de
meteoros que ya ha comenzado.
Hubo
algún meteoro más anaranjado e intenso que provocó un "Ohhhh" a todo el
grupo. Hubo también muchas observaciones de satélites, que se
diferenciaban perfectamente de los meteoros por tener una trayectoria
homogénea, larga y constante en velocidad. Incluso se vió algún destello
de éstos como consecuencia del reflejo del sol en uno de sus paneles.
Conforme avanzó la madrugada los que pegamos menos ojo pudimos
comprobar cómo iba aumentando la frecuencia de meteoros. Es fácil resistirse a cerrar los ojos. Parece un sacrilegio
perdérselo. ¡Qué pequeño se siente uno observando el Universo! Somos como una mota de polvo ante tal inmensidad.
Finalmente rendidos por el sueño hemos despertado con la primera
claridad del amanacer, lo que ha provocado la desaparición paulatina de las
estrellas. Una hermosísima constelación de Orión nos ha dado los buenos
días. La temperatura ha comenzado a subir y nuestros amigos los cárabos
que nos han acompañado con sus cantos desde que llegamos unas cuantas
horas antes, nos han abandonado al notar nuestro movimiento.
El sol ha salido a saludar el nuevo día surgiendo entre las montañas en
un cielo anaranjado. Merece la pena despertar así. Desayuno rápido
y...¡Recogida de las cámaras de fototrampeo!
¡Vaya! ¡Hemos tenido un visitante muy madrugador! ¿Qué pensáis que es?
¡Pues volvimos a
casa felices! No sin antes parar de nuevo en Venta Marcelino a desayunar, donde
nos esperaba la última sorpresa del día, un juguetón cachorro de
mastín -¡si por algo somos loberos!- que hizo las delicias de los
compañeros del grupo un buen rato, aparte de morder aislantes, piernas, pantalones y mochilas ¡Pero sarna con gusto no
pica amigos!
Así acaba este "Senderos por el lobo", deseando volver a reunirnos y compartir experiencias.
¡Esperamos que os haya gustado!
¡Aprende pronto a ser un buen guardián de ganado Lucas!
¡LARGA VIDA AL LOBO!
4 comentarios:
La crónica genial, las fotos preciosas y la experiencia una maravilla. Dormir bajo un cielo estrellado es una delicia. Me ha gustado mucho.
¡Precioso el peque de mastín!
¡Hola a todos!
Preciosa la crónica, Mamen, las fotos también están muy conseguidas, Ricardo. Sobre todo la del pino iluminado, con la Vía Láctea encima en el cielo estrellado, es de gran belleza.
La pareja de halcones que vimos creo que eran alcotanes (Falco subbuteo, que es un poco más pequeño y esbelto que el halcón peregrino (Falco peregrinus), más compacto y con las alaas más cortas; pero no estoy seguro.
Aparte de que me pareció que la longitud de las alas era demasiada para tratarse de peregrinos, he consultado algunas guías que tengo y en algunas ponía que el alcotán se alimentaba predominantemente en el crepúsculo y al atardecer; además había bastantes vencejos revoloteando, sobre todo al día siguiente, y da la casualidad de que este consumado volador es una de las presas predilectas de esta falcónida.
El alcotán es una rapaz migradora transahariana (quiere decirse esto que cuando migra cruza el Sáhara, no se queda en los países del Magreb),de larga distancia, pasando el invierno en África oriental y meridional. Al igual que el peregrino, es un excelente volador, pudiendo capturar en el aire golondrinas, aviones y vencejos que, como ya he dicho, también son grandes dominadores del aire; también captura toda suerte de pequeños pajarillos, como mosquiteros y currucas. Su dieta se completa con insectos, los cuales forman la base de su dieta cuando se encuentra en tierras africanas (sobre todo termitas y langostas).
Se considera que, si bien el peregrino es el campeón de la velocidad en los picados, el alcotán, debido a su esbeltez, entre otras cosas, es el más rápido en vuelo mantenido, y está dotado además de una gran maniobrabilidad.
Además de estos preciosos halcones, también tuvimos la suerte de disfrutar en la velada nocturna del ulular de un cárabo común (Strix aluco), una preciosa estrigiforme (una rapaz nocturna, vamos) de tamaño medio, que se carateriza, sobre todo, por sus ojos oscuros (al contrario que otros búhos y mochuelos, que suelen tenerlos anaranjados o amarillos) y por su agresividad a la hora de defender a sus pollos, sobre todo cuando va a abandonar el nido, lo cual obliga a los naturalistas a ponerse protecciones (gafas y gorro)cuando anillan o estudian estas aves.
El cárabo se nutre principalmente de micromamíferos (musarañas, topillos, ratones) a los que captura desde un posadero después de localizarlos ayudándose de su buena vista y, sobre todo, de su finísimo oído.
La disposición frontal de los ojos de las rapaces nocturnas hace que pierdan mucho ángulo visual, lo cual compensan con la flexibilidad de su cuello, que les pemite girar la cabeza hasta 180º. Sus plumas de vuelo tienen los bordes desflecados, lo cual las dota de un aleteo silencioso, inaudible para sus presas. La disposición radial y semicircular de las plumas de los lados de la cabeza tiene como función orientar los sonidos hacia las cavidades auditivas, lo cual les permite oír hasta el roer de un ratón en el suelo y localizar a su presa con suma precisión.
Un saludo a todos.
Gracias Capi, Raquel...! Gracias por las explicaciones "hombre-pájaro"!
Para completarlas podéis pinchar en las palabras coloreadas en granate, que llevan a enlaces interesantes!
Saludos!!!
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