sábado, 5 de marzo de 2016

¿Perdiendo el Norte?





La delicada situación del lobo gris en los países nórdicos: Finlandia y Suecia 

 El 23 de enero empezó en Finlandia la caza experimental autorizada por el gobierno para, como afirmaron las autoridades, intentar controlar el número de lobos en el país y, a su vez, frenar la caza furtiva.

 La Agencia Nacional de Vida Silvestre reveló que son 46 las licencias que han sido repartidas para la temporada de caza de este año, que acaba de terminar, el día 21 de febrero.

 La caza del lobo fue prohibida entre 2007 y 2015 en el país, después de que la Unión Europea acusó a los finlandeses de la violación de las normas de protección de las especies en peligro de extinción, lo que resultó en una caza furtiva extendida en el país.

En 2007, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas dictaminó sentencia y decidió que Finlandia había cometido una infracción sobre la directiva de conservación de hábitats naturales y fauna y flora silvestre (EC Habitats Directive (92/43/EEC)) por ceder permisos para la caza de lobo sin poder probar el cumplimiento de las precondiciones para la derogación. Los lobos - según estimaciones unos 245 ejemplares en enero 2015 - están estrictamente protegidos por la Directiva Hábitat de la Comisión Europea. Esto puede ser derogado sólo con unas precondiciones a las que hace referencia la Directiva. La Comisión aseguró en su sentencia del 2007 que estas precondiciones no se cumplieron porque la situación de los lobos en Finlandia no es favorable y que había disponibles otras medidas alternativas. La Comisión también aseguró que los permisos de caza fueron emitidos con frecuencia sin una conexión adecuadamente verificada con individuos causando daños particularmente significantes.


 Durante los últimos años, las poblaciones del lobo gris habían extendido su territorio de sus áreas tradicionales en la parte este y sur de Finlandia (las regiones de Kainuu y Karelia de norte) hacía las áreas centrales y occidentales del país. Muchos de ellos vagan a lo largo de la frontera (1.340 km largo) con Rusia. Ocasionalmente, pueden aparecer en los alrededores de granjas o cerca de áreas habitadas, convirtiéndose en molestia y una supuesta amenaza (del año pasado hay avistamientos de lobos cerca de la cuidad de Turku, según fuentes oficiales, la primera vez en 100 años que un lobo ha sido observado a tanta distancia hacía el sur). El grupo acción por el lobo de la Liga Finlandesa de la Naturaleza que sigue protestando por las matanzas, también está trabajando en cambiar la actitud de los locales hacia el lobo y afirma que "hay mucho miedo y odio innecesario" en los finlandeses hacía este animal.

 La cría de renos es una actividad tradicional ejercida en aproximadamente un tercio del área total del país. Esta inmensa área, que también es el hábitat tradicional del lobo, incluye Laponia y otras partes del norte de Finlandia. Los ganaderos no aceptan al lobo porque éste causa daños considerables en los rebaños de renos, y los cazadores tampoco porque los lobos matan cada año entre 30 y 50 perros de caza durante las cacerías del alce. Los daños en otros animales domésticos (por ejemplo, ovejas) es insignificante. En algunas partes del país, son los padres los que se oponen a la causa del lobo, temiendo por las vidas de sus hijos (aunque desde el siglo XIX no hay dato oficial de ningún ataque hacía humanos de parte de un lobo).

 En 2015, Finlandia reanudó su primera caza experimental para intentar abordar el distanciamiento entre defensores de los derechos animales y terratenientes. El conflicto se intensificó en 2013 cuando un grupo en el municipio occidental Perho se tomó la justicia por su mano y mató tres lobos. Doce personas fueron procesadas y declaradas culpables.
 En 2013 los furtivos han reducido la población total de lobos a 120-135 animales de punta a cabo de los bosques remotos y vastos del país, de un estimado de 250-300 ejemplares en 2007. Desde 2013, la población se había restablecido hasta los 250 ejemplares, pero muchos finlandeses siguen teniendo un sentimiento de temor muy arraigado hacia el lobo.

Foto: Glenn Mattsing

 Las autoridades tienen la esperanza de que, la caza autorizada de estos casi 50 ejemplares (casi el 20% de la población total del país) podrá frenar la caza furtiva, mientras defensores de los derechos animales condenan la matanza, entre otras razones porque las técnicas de caza cada vez más sofisticadas, como el uso de helicópteros y motonieves causan un estrés innecesario al animal perseguido, o porque temen que debido a la caza los lobos podrían desaparecer de Laponia, una región ártica poco poblada. "La situación (del lobo) en Laponia es grave. Solo tenemos de tres a seis ejemplares aquí… ni una sola manada. Si no actuamos inmediatamente, puede pasar que pronto no habrá lobos en Laponia"- afirma Sami Saynevirta, gerente de la Liga Finlandesa de la Naturaleza. "La población debería ser el doble para poder decir que es genéticamente sana"- añade Mari Nyyssölä-Kiisla, directora del grupo acción por el lobo de la Liga Finlandesa de la Naturaleza.


 En Suecia, la situación es bastante parecida. Después de que los tribunales ordenaran una prohibición temporal de caza en diciembre en algunas partes del país, favoreciendo a los defensores de los derechos animales, el 2 de enero del 2016 finalmente empezó la temporada de caza con licencias temporales expedidas bajo una resolución temporal, hasta que el Tribunal Supremo del país decida sobre la conformidad de las licencias existentes a las directivas europeas el 15 de febrero. Han permitido matar 14 lobos durante el período (mucho menos que los 46 que han sido solicitados).

 Los defensores del lobo ya llevan años luchando por parar los intentos del gobierno y las autoridades regionales de permitir la caza de una especie protegida por la legislación europea. En 2009, Suecia permitió la caza del lobo por primera vez después de 45 años, tras la decisión del parlamento de delimitar los números de lobos en los municipios centrales de Gaevleborg y Oerebro y también en provincias del sur y suroeste. En el mismo año del 2009, el parlamento del país escandinavo decidió limitar la población de lobos a 210 ejemplares, esparcidos en 20 manadas, en los cinco años consecutivos con la expedición de permisos de caza en regiones donde habían reproducciones del lobo en los tres años anteriores.

 En 2011, 20 lobos fueron abatidos durante una caza controvertida que, según las autoridades permitiría reforzar el acervo genético de la población, en gran medida endogámico y aumentaría la aceptación pública de la especie. Como respuesta, defensores del lobo tomaron las calles en Estocolmo marchando con 20 ataudes para simbolizar el número de lobos abatidos en aquel año, y la famosa activista de los derechos animales, Brigitte Bardot, en su carta al ministro del medio ambiente sueco Andreas Carlgen titulaba la caza como algo “retrógrado” y urgió detenerla. En enero del 2011, la Comisión Europea lanzó acciones legales contra Suecia por permitir la caza de una especie protegida y decidió abrir un procedimiento formal por la violación de las normas del bloque. Según la Comisión, Suecia está incumpliendo sus obligaciones por no considerar otras alternativas satisfactorias y por no asegurarse de que la caza autorizada se emprende bajo unas condiciones estrictamente supervisadas, de manera selectiva y a una extensión limitada.


 El lobo gris había estado prácticamente extinto en Suecia hasta el año 1980, cuando inesperadamente, una manada fue descubierta en el sur-centro de Suecia. Los estudios sugieren que una pareja de lobos hizo un viaje de unos 1.000 kilómetros desde Finlandia para crear la primera manada de Escandinavia. En veinte años, la población ha aumentado hasta los 250 ejemplares, pero como consecuencia a su acervo genético limitado, es muy endogámica. En Suecia, la presencia del lobo ha disgregado el país en dos polos opuestos. La simpatía pública hacía el animal es extendida, solo en 2011 8.000 personas han mandado cartas a Bruselas para protestar contra la caza y más y más jóvenes se unen a la causa, pero hay mucha gente en el lado opuesto también. Los cazadores de alces son una pequeña pero poderosa fuerza en Suecia, siendo sólo un 6% de la población, forman uno de los mejores grupos de presión (lobby) del país. Estos cazadores ven al lobo como un competidor ambiental, y se quejan por las pérdidas causadas por el lobo en sus perros (en las cacerías, estos perros de caza corren muy delante del cazador persiguiendo el alce y frecuentemente se desvían para seguir el rastro del lobo por error, y finalmente, ser víctimas de aquellos).

 Mientras la situación del lobo sigue en una incertidumbre legal en Suecia, según un estudio de la Agencia Sueca de Protección Ambiental del pasado 2015, la población sueca necesita más diversidad genética y al menos 300 ejemplares para mantener una población sana. Han discutido ya la opción de introducir lobos de zoológicos al norte de Suecia, o importar ejemplares desde Finlandia o Rusia, pero la mejor solución sería dejar a los lobos seguir su ruta normal de migración. Según los defensores de lobo, los políticos no están preparados para tal paso. La problemática de lobo y el debate a su alrededor se convirtió en un punto muy importante de la campaña política y en un símbolo de cómo las fuerzas políticas preceptuan la manera de vivir en las áreas rurales, sin que se tengan que enfrentar las consecuencias de su decisión.

 El verano pasado la Comisión Europea dio un ultimátum a Suecia ; o bien para la caza en dos meses o informa de las medidas que han sido tomadas al respecto, o la Comisión llevará el gobierno al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, porque permitir la caza de una especie protegida significa la violación de la Directiva Hábitats. Y aquí estamos. Pese al conflicto con la Comisión Europea por autorizar la caza y expedir permisos en 2010, 2011, 2013, 2014 y 2015 y a las prohibiciones temporales de caza de parte de los tribunales suecos, parece que el gobierno seguirá buscando soluciones para matar lobos. Suecia, que durante mucho tiempo fue predecesor en la conservación de la naturaleza en Europa, ahora ha puesto su reputación en un serio peligro. Este año, la temporada de caza terminó el día 15 de febrero, pero el debate alrededor del lobo está muy lejos de terminar...

Foto: Jussi Nukari

 Y mientras tanto, para los lobos, la vida sigue. Este ejemplar ha sido captado solo hace unos días por una camara trampa en Suecia, por  primera vez en la historia del país (el video lo puedes ver aquí).
El lugar es un pueblo rural, Lonsboda, en el sur de Suecia, donde no es lo más habitual encontrarse con lobos. Hace un par de semanas han captado dos linces jóvenes también unas camaras trampa en el sur; según los expertos, eso significa que los carnívoros poco a poco vuelven a conquistar la región. 


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