El 2016 comienza con una nota
esperanzadora para el lobo gris en Estados Unidos. Tras semanas de
negociaciones, el pasado 16 de Diciembre se llegó a un acuerdo respecto al
presupuesto federal de los Estados Unidos para este año. En el apartado
medioambiental, el modo en que ciertas cláusulas estaban redactadas, ponía en
peligro el futuro del lobo. Entre las medidas propuestas, se incluía devolver
la gestión de las poblaciones a cada Estado Federal. Esto supondría dar carta blanca a la hora de modificar su grado de protección, permitiendo su caza y
trampeo. La gran respuesta ciudadana a favor del lobo ha conseguido que esta propuesta sea excluida del borrador final.
Tras treinta años de protección y gestión profesional, la
zona oeste de los Grandes Lagos y el norte de las Montañas Rocosas[1] cuentan con una población
estable. Durante más de una década, grupos afines al partido republicano, han
solicitado la revisión del grado de protección del lobo gris dentro de la ley de Extinción (ESA)[2]
Desde los años setenta dicha ley, de ámbito nacional, incluye a este animal
dentro de la categoría de Especie en peligro de extinción.
A pesar de que, el número de individuos ha aumentado, hoy en día el lobo ocupa menos del diez por ciento (en realidad en
torno al cinco) de su territorio histórico en los 48 estados. Según las
recomendaciones de la ley, una especie no se puede calificar como recuperada
hasta no ocupar al menos de la mitad de su rango histórico, han señalado
expertos ecólogos como John Vucetich
Sin
embargo, en los últimos diez años, Estados como Wyoming, situado al norte de
las Montañas Rocosas, y en el cual se encuentra el parque nacional de Yellowstone;
han redactado planes de gestión de la especie en el que se incluyen la caza y
el trampeo por particulares sin restricción alguna. Así mismo, en las reservas
de caza el cupo se ha incrementado de forma exponencial incluyéndose la
modalidad de caza por trofeo.
Grupos
defensores de los animales y conservacionistas, han venido denunciando con
éxito[3], estos planes frente a los
tribunales federales por no respetar la ESA, la cual, solo permiten su caza en
los casos de que ponga en peligro la
vida humana.
A
lo largo del pasado año, miembros del congreso formularon esta cláusula, con el
fin de desautorizar en un futuro las decisiones judiciales a favor de los
gobiernos estatales. Esta debía ser aprobada por ambas cámaras dentro de los
presupuestos generales antes de tener validez legal[4].
Una
vez más, la acción de ciudadanos comprometidos con el medio ambiente, ha ganado
el pulso a políticas arbitrarias. Desde Acción lobo, esperamos que esta
decisión suponga un gran paso hacía la recuperación de esta especie mítica en
Norte América y sirva como ejemplo en el futuro, siempre incierto, del hermano
lobo.
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