Cómo otros años nos alojamos en la Casa Rural La Lavadera (Ferreras de Arriba). Algunos llegaron el viernes por la mañana para hacer la compra en el súper del pueblo e ir preparando todo y los demás fuimos llegando durante la tarde/noche.
Ese mismo día después de la cena tuvimos "sesión de cine" y estuvimos viendo varios documentales sobre el lobo ibérico.
El sábado tocó madrugón y mañana de observación con los telescopios, fotografía, rastreo, realización de moldes de huellas, y por fin tuvimos la gran suerte de poder ver a nuestro amigo el lobo a escasos metros, observándonos durante unos segundos y desapareciendo entre la espesura del monte ante nuestras caras de asombro y un sentimiento de emoción que no se puede describir con palabras...
Después de reponer fuerzas con una barbacoa mientras comentábamos lo acontecido durante la mañana, partimos en dirección al Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León donde habíamos quedado con nuestro amigo Carlos Sanz, responsable del manejo y mantenimiento de los lobos del centro. Allí pudimos ver las instalaciones en las que viven lobos en condiciones de semilibertad y el museo dedicado al lobo ibérico. Y tras la visita al centro decidimos tomar el camino de vuelta por una carretera menos frecuentada y llena de baches, pero en la que pudimos ver fauna de la reserva cómo ciervos y corzos.
El domingo por la mañana volvimos a levantarnos antes del amanecer para hacer una espera con los telescopios, pero esta vez tuvimos menos suerte y no conseguimos ver lobo, aunque sí ciervo, corzo, jabalí y distintas especies de aves.
Para terminar la mañana nuestro amigo Pepe, propietario de la casa rural, nos acompañó por una senda entre castaños a conocer el Centro de Interpretación de la Vida Pastoril.
Y ya el domingo por la tarde salimos de vuelta a casa con la sensación de haber vivido un fin de semana especial, acompañados de personas maravillosas a las que tenemos que dar las gracias: A mi amigo Pedro por venir nuevamente desde Asturias a compartir estos días con nosotros, a Antonio y Pilar por su entusiasmo y sus ganas de aprender, a Carlos por tener siempre el dedo en el disparador de la cámara y captar el MOMENTO del fin de semana, y a Pepe por todo lo que nos enseña sobre el entorno y la vida rural en la sierra.
1 comentario:
Fue un fin de semana inolvidable. Y con las mejor de las compañías.
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