Hacía un día soleado, de estos radiantes para tirarse en el
césped con los amigos. Fueron unos cuentacuentos con una buena afluencia de
público infantil, con sus respectivos padres o tutores. Y lo que hicimos
básicamente fue desmontar viejos cuentos clásicos, que dejaban al lobo como
malo malísimo y cruel asesino, dándoles una vuelta de tuerca nueva y original,
y que las futuras generaciones, esos pequeños seres humanos que un día no muy
lejano ya no serán tan pequeños, vean al lobo de otra manera diferente.
También narramos algunas leyendas indias, tan sabias como se
puede esperar de un pueblo con las raíces bien agarradas, bien profundas en su país, su cultura y sus
tradiciones, aún felizmente vivas. Para los pueblos nativos americanos, cada
animal es un símbolo, una deidad, algo digno de admiración y adoración, además
de ser una pieza básica fundamental de ese magnífico todo que es la Naturaleza;
cada uno de nosotros llevamos algo de esos seres dentro nuestro. Algo que puede
entrañar lo bueno y lo malo, dos entes que luchan en nuestro interior cada día.
Por supuesto, el mundo de los pastores, tan enconadamente
enfrentado con el lobo desde sus mismos inicios, ha estado presente en las
historias de Acción Lobo, así como los perros asilvestrados, causantes
de tantos daños al ganado. Un pastor llamado Pedro, joven y bromista, hace a su
comunidad tirarse de los pelos armando un falso jaleo, lo cual finalmente va a
perjudicar al lobo.
Y así transcurrió la jornada, entre lobos,
caperucitas, indios y pastores gamberretes. Desde Acción Lobo creemos que con
estas actividades el lobo va a tener en el futuro un soplo de aire fresco. Uno
seguro bien fuerte.
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